En la puerta no había nada para llamar y tampoco se veía a nadie.
A Nick el corazón le iba muy deprisa.
I si se te que quedar allí solo, toda la noche?
Se moriría de frio, si es que antes no se moría de miedo.
Entonces sintió que alguien caminaba detrás de la puerta y el ruido de una llave que giraba en la cerradura.
La puerta se abrió y Aparicio un hombre grande, alto y muy delgado.
Tenia un aspecto algo desagradable: la nariz afilada y curva, y las cejas y el pelo rubio i espeso.
Los labios eran delgados y los dientes, muy blancos y puntiagudos, que le salían por afuera.
Las orejas también acababan en punta.
Tenia las manos muy pálidas, y las uñas largas.
Iba vestido todo de negro y llevaba una gran capa.
Nick le miro a los ojos:
Eran rojos como los de un lobo.
Pensó que era el mismo hombre que el del carruaje.
Entonces le pregunto:
-Edward Cullen?
-Si , yo mismo. Bienvenido a mi castillo.
Ven con migo, por favor.
Le acompañare a su habitación.
Nick entro i Edward le dio la mano.
Dios mío! Era una mano muy fuerte i fría, como de hierro.
Parecía la mano de un muerto.
Subieron una escalera muy ancha y continuaron por un largo pasillo asta llegar a una habitación.
No hacia frio por que la chimenea estaba encendida.
-Debe estar casado señor Jonas. Le estaría bien descansar un poco.
La puerta se cerró y Nick se quedo solo.
Mientras arreglaba sus cosas, volvió a sentir los aullidos de los lobos.
Parecía que estaban muy cerca del castillo.
Nick se estiró en la cama temblando de miedo, pero, como estaba tan cansado, pronto se quedó dormido.